FACEBOOK, UNA CÁPSULA DE TIEMPO

El reloj marca que son las 12:05 de la madrugada, hoy es mi cumpleaños. Está oscuro y parece que muchos duermen; yo en cambio gustosa de los rituales de aniversario permanezco despierta. Me pongo un poco emocional, recapitulo sin grandes dramatismos mi vida, dejo de pensar y me quedo sola frente a la pantalla, quiero ser felicitada en el muro del Facebook. Inmediatamente los mensajes empiezan a aparecer. La emoción me tiene con los ojos abiertos y no se me ocurre hacer nada más que mirar atenta las felicitaciones.

Miro mi muro, subo la página, la bajo. Aparecen actividades recientes, comentarios de hace dos días, de hace cinco… y de hace diez. Como apagón de luz que vuelve, me surge una idea que deriva en preguntas sencillas que me estremecen. ¿Qué hacía yo hace un año en mi cumpleaños?, ¿Desde cuándo tengo Facebook? ¿Quién me felicitó en ese entonces por el muro?

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6 de junio del 2007. Olga Villegas es ahora miembro de Facebook. Me acabo de regalar de cumpleaños una cápsula de tiempo, un diario, un muro con recados de mi vida más reciente, dos años escribiendo lo que siento, lo que pienso. Una Olga en pedazos. Un diario online sin saberlo.

Para llegar a mi primer día en Facebook (fue hace dos años y no tenía la menor idea de que esto era una “red social”) tuve que dar clic no se cuantas veces al final del muro a una opción que dice: Mostrar historias anteriores.

Una lectura rápida de mis comentarios me deja pasmada. Ya puedo ver y distinguir épocas de mi propia historia. En algún momento hago reiterados comentarios de inquietud con respecto a los “amigos” agregados cuando todavía era sorpresa aceptar desconocidos. Veo la recolección de “amigos” que no sabía de ellos desde hace 20 años, soy miembro de no se cuántas páginas y movimientos, y sigo descubriendo cosas nuevas de mis amigos más queridos.

Las grandes navidades del 2008, la boda de mi hermana, el final de una relación de amor, las nuevas amistades virtuales, el nacimiento de mi sobrina, mi viaje a San Miguel de Allende, el coquetear con R, mis últimos conciertos, mi placer por la comida, mis ideales sociales, los puntos suspensivos de una ilusión, mi exposición de foto, el desempleo de grandes colegas, la llegada de un cachorro a casa que hoy tiene casi dos años, todo esto está registrado con fecha exacta en mi muro.

No estoy segura de la magnitud de ésta red social. Si yo pude ver mi pasado en pedazos, mis contactos lo pueden hacer también. Tentador: yo podría recapitular la vida más reciente de cualquiera de mis amigos agregados. Por ahora no se para que. El punto es que el registro de nuestro día a día está ahí. Cada uno con su propia cápsula de tiempo.