TV Talk O2: ENRIQUE SANTOS

Después de darle vueltas y vueltas a esta plática, porque no es lo mismo cuando se documentan las conversaciones que cuando son platicas de cajón, de sobremesas y de necedades ya pasadas las horas de la noche, sorprendí a Enrique en el balcón de su oficina, fumándose un cigarro y viendo la lluvia con esa cierta nostalgia en la mirada que caracteriza a cualquier extranjero que ha echado raíces en un país que ha hecho propio en todos los sentidos.

Enrique Santos, argentino de nacimiento pero ciudadano del mundo, que he de decir, y no sé cómo le hace, siempre está leyendo algo, porque además ve mucho cine y muchas series de televisión, que no es lo mismo que ver televisión, estudió cine en la Fundación Universidad de Cine de Buenos Aires, es productor, artista, parrillero de mil andanzas y un empedernido fumador, y con cada fumada, siempre o casi siempre, su mente está en alguna reflexión.

SL – ¿Cómo empieza tu gusto por la televisión?

ES – Huy, empieza hace muchísimos años, cuando de pequeño, por las tardes, mirando la TV los fines de semana. Ese es el recuerdo más claro que tengo, porque no me dejaban ver la tele entre semana y veía básicamente un programa que fue el que me llevó a estudiar cine, que se llamaba Sábados de súper acción, en que pasaban desde la una de la tarde series como La familia Ingals, Los Dukes de Hazzard, BJ Mackey, Bonanza.

SL – Ah, era como un paquete de programas que se llamaba Sábados de acción…

ES – Sí, una serie de series empaquetadas para la TV argentina que eran más de los 70 que de los 80, lo cual fue fantástico porque todo lo que se hizo en la década del 70 fue lo que ha generado mi influencia en maneras de ver el cine, y las series también. En esas tardes de súper acción pasaban películas, en su mayor parte eran westenrs y ya de grande me di cuenta de que había visto todas. Básicamente de ahí mi pasión por las imágenes en movimiento, por ciertos géneros de cine y por las series de televisión.

SL- ¿Cuál es la primera serie que realmente te engancha para seguir un relato más que a los personajes?

ES – La primera gran serie que me volvió a enganchar y me hizo respetar a la televisión desde un lugar de creación y de posibilidades de autor fue Los Soprano de Daivid Chase. Desde el primer capítulo que vi, nunca más pude dejar de verla, hasta verla toda, y fue la primera serie, siendo yo un fanático del cine negroamericano y del cine negro en general, tanto de Coppola como de Scorsese. Fue la primera serie que convino todas esas características de cine de autor de los 70, llevándolas a un relato contemporáneo gangsteril de New Jersey, con grandes personajes y con una línea narrativa realmente cautivadora, con ciertos metalenguajes que tienen relación con la historia del cine en general y con la historia de ese género en particular, que para mí fue el combo perfecto.

SL – Y retomando el tema en el cual tú seguías personajes, esta es una serie con uno de los mejores personajes de la TV. Leía el otro día, con la muerte de James Gandolfini, que Daivid Chase, cuando casteó a Gandolfini, le dio totalmente un giro particular a la serie, y que se escribió de alguna manera en ese tono, pero que sin Galdolfini la serie nunca hubiera llegado a ese éxito.

ES – Sí, definitivamente, ahí uno se puede preguntar qué hubiera sido de El padrino sin Marlon Bando o Al Pacino, o de Taxi Driver sin Robert De Niro o de Mean Streets sin Harvey Keitel. Me parece que estos grandes actores contribuyen con las historias. El otro día un gran director amigo mío, los llamaba con aura de búfalo, es decir que realmente tienen un drive en la pantalla y una manera de plantarse que hace a la historia atractiva, y por lo tanto la modifican. Toda esa línea de trabajo evidentemente viene del actors studio, esa idea de que el actor viene totalmente embebido en las memorias y características de su personaje, que ya empieza a ser él mismo, y se borran esas barreras entre actor y personaje, lo que en ese tipo de series ha dado grandes resultados.

SL – Y no estábamos acostumbrados.

ES – Claro, y para mí la gran ruptura de Chase en términos cinematográficos es que se adueña de la serie, porque aparte de escribir y producir, él dirige el primer capítulo que setea el tono de la serie, y aparte es el productor ejecutivo.

SL – Sí, a eso se le llama show runner, como quien corre el show completo.

ES – Sí, y él de alguna manera condensa, toma todo tipo de decisiones, a veces comerciales, que son inherentes al tipo de narrativa, pero también toma todas las decisiones autorales, y que de la mano de él y de ese show vuelve la idea del autor y de ese respeto que es tan importante, porque si no, películas y series se convierten en una copia de una copia o en una repetición de fórmulas predefinidas que no te aportan nada.

SL – ¿Y ahora qué estás viendo, qué series tienes en puerta, qué te sorprende?
Ah, ahora que recuerdo no has visto The Wire y te estás perdiendo de una gran serie, y este tema lo hemos comentado muchas veces.

ES – Esa es una deuda pendiente y me pasé muchos años sin cable por esta idea de renunciar a la televisión, porque no le encontraba ningún sentido y volví a la TV a raíz de rentar los DVDs o de verlas en streaming y al día de hoy no veo las series en TV y voy topando con recomendaciones o con lo que tengo a la mano. Pero hablando de series nuevas, en particular Game of Thrones, la primera temporada fue grande, desde el diseño de producción hasta la multiplicidad de personajes y de historias, y sobre todo el final de la serie, en donde al héroe principal le terminan cortando la cabeza. Y se me hizo sublime en todos los sentidos. La otra gran serie que vi, hablando de series norteamericanas, es Homeland: me tiene atrapado en todos los sentidos y estoy esperando la tercera temporada.

SL – Claro, es la que remplaza a 24 en este hueco que dejan las series de acción. Que las primeras tres temporadas fueron magníficas por el formato en que se plantean, de tiempo real. Ya las otras temporadas me parecieron una repetición de lo mismo.

ES – Sí, el formato de deconstrucción para contar en tiempo real la historia se me hizo novedoso para la TV. Me acuerdo de estar viviendo en Londres esa primera temporada y fue fantástica. De esas épocas de vivir en Londres, otra serie que me rompió la cabeza fue The Kingdom de Lars Von Trier, que era en un hospital y en el subsuelo de ese hospital vivían unos niños con síndrome de Down. Aparentemente, de una manera muy lúdica, maneja la historia de ese hospital y está filmada desde la idea de Dogma, esa teoría de Lars Von Trier de una puesta en escena muy sencilla con sonido directo, sin poner luces, etc. Otra manera de hacerlo, ya que los que llevan la historia son los personajes.

SL – Habíamos hablado de The Killing, la versión americana.

ES – Sí, y su relación con Twin Peaks. Antes de empezar con The Killing, Twin Peaks probablemente sea mi serie favorita, ya que representa la idea de todo lo que no debe ser una serie y justamente por eso es una gran serie. El universo de David Lynch llevado a una idea de capítulos era un proyecto titánico. Twin Peaks tiene todos esos tonos y colores lyncheanos que llevan sus películas, pero en equis cantidad de capítulos y dos temporadas, y en donde la presencia del autor como director transgrede todos los límites posibles de lo que debe de ser una serie empaquetada para la TV. Y de ahí sale The Killing, en términos geográficos de la trama; es decir, la idea de la isla y el asesinato y con la dupla de policías que investigan, y detrás una gran trama política que expresa una decadencia como sociedad, y en esos puntos convergen las dos series. Si bien Twin Peaks lo aborda desde un lado surreal, tipo de thriller de Lynch: no es inductivo o deductivo sino de asociación libre. Ese detective termina siempre en los lugares más inoportunos y extraños, y la trama siempre se le escapa al espectador, y en el caso de The Killing la trama siempre es inductiva.

SL – Claro, con conclusiones.

SL – Y, bueno, para terminar, con todas estas influencias, si tuvieras que hacer una serie, ¿de qué trataría?, ¿qué te gustaría tocar?, ¿desde qué postura vendería este relato?

ES – Yo creo que estaría muy cercano al policial, un policial quizá con ciertos ribetes de ciencia ficción, y sería en México. Me gustaría manejar un mundo surreal y policial. Me imagino un capítulo donde una pareja de investigadores se tienen que enfrentar a una serie de narcozombis.

SL – Jajajajaja, como una especie de Blade Runer con Harrison Ford…

ES – Exacto, una especie de Blade Runner chilango que se enfrenta a narcotraficantes zombies.