Manuel García Rulfo
Entrevista y fotografías por Ashley Frangie
Estilismo: Verónica Graye
Grooming: Selina Boon
Conocí a Manu, si no me falla la memoria, hace más de dos años en los ángeles. Venía llegando yo a esta ciudad después de trotar por el mundo, y un día Manu y yo nos encontramos en mi estudio. Le tomé unas fotos en una t-shirt gris y se la pasó hablando sobre lo mucho que le gustaba la fotografía, y lo poco que le gustaba que lo fotografiaran, de lo mucho que extrañaba su rancho, y también hablamos, como buenos tapatíos, de nuestra ciudad.
De ahí en adelante Manu se hizo de mis primeros amigos en los ángeles, esa ciudad tan rara en que ahora vivimos. Comemos juntos regularmente, cerca de nuestro barrio, que está un poco alejado de Hollywood. Manu pasa por mí en su coche, que es proporcionalmente disparejo para él, y vamos probando por lo regular algún restaurante asiático nuevo. Quiero creer que eso y los postres nos han unido.
No soy la indicada para hablar de Manuel como actor, ya que para mí es un buen amigo. A veces siento que no pertenece a esta época, que la suya es un alma vieja, y que le tocó vivir en esta era por azares de un rarísimo destino. Vive a la antigüita, sencillo, con sus botas para todos lados, poco impactado por el glamour que su carrera puede llegar a mostrarle. Vive poco afectado por la tecnología y las redes sociales. Galán y guapo como siempre, con un sentido del humor finísimo. Tiene la paciencia del mundo para enseñarme fotos de todos los actores de quienes me habla, porque yo no me acuerdo del nombre de nadie. Tiene la peor música en su iPod de 1990, pero cada que me subo a su coche compartimos las mejores sesiones de karaoke.
Fotografié a Manuel en Vázquez Rocks, en un shoot que se convirtió en mini road trip, con una parada en In-N-Out. Nos reímos todo el día como siempre, y luego lo entrevisté sobre su vida, el ser tapatío, los nuevos retos de México y en dónde se ve él dentro de unos años.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Empecé a grabar la segunda temporada de Goliath para Amazon, acabo en diciembre. Es una historia muy simple, pero muy bien contada y muy entretenida. Hago un personaje muy padre, me he divertido mucho haciéndolo. Los actores están increíbles, Billy Bob Thornton es el protagonista. Ana de la Reguera también tiene una participación.
¿Qué tan difícil ha sido abrirse paso en Hollywood?
Difícil, pero creo que me ha costado igual que en México. Aquí es un poco más complicado por el idioma.
De todas las películas que has hecho, ¿cuál tiene un lugar especial?
Se va a oír mamón, pero creo que cada una me ha llevado un paso más cerca, me ha abierto puertas. Me acuerdo del primer cortometraje que hice saliendo de la escuela, y me emociono igual que cuando me dijeron que iba a hacer Murder on the Orient Express. Cada una ha tenido un lugar especial en mi vida y en mi carrera. A todas les tengo mucho cariño, obviamente hay algunas que ojalá pudiera borrar por las experiencias y porque no estoy muy orgulloso del trabajo, pero de todo se aprende.
¿Con qué actores has disfrutado mucho trabajar?
He sido muy afortunado en eso, me ha tocado trabajar con personas que, aparte de ser unos actorazos y de que los admiro y he seguido sus carreras durante años, tienen una calidad humana súper fregona. Trabajar con Judi Dench, que para mí es una de las mejores actrices que hay, y con Willem Dafoe, fue algo muy especial. También hice una película con Benicio del Toro, es un actor a quien siempre he admirado. Son actores que me han inspirado para hacer lo que hago, y tener la oportunidad de compartir créditos con ellos esta chingón.
¿Cuál sería tu dream team?
De actores, creo que ya trabajé con ellos. Acabo de hacer una película con Gary Oldman, que también es de mis actores favoritos. De directores, tengo una lista enorme, y también de fotógrafos.
¿Qué es lo que más disfrutas de ser actor?
La verdad, todo. Me gusta contar historias. Me gusta sentirme libre, soy una persona un poco reservada y penosa, y cuando actúo me siento muy libre. Puedo hacer y decir cosas que en la vida real no haría. Actuar me da mucha satisfacción. Conoces a mucha gente y te haces como de familias en los proyectos en los que trabajas. Gente nueva, gente muy interesante de todo el mundo. La mayoría de las veces trabajas fuera, me ha tocado conocer muchos lugares y eso está padre. También disfruto mucho la responsabilidad de representar a mi país como actor.
¿Cómo te preparas para un papel?
Es diferente dependiendo del personaje y del proyecto. Empiezo leyendo el guion y les hago caso a las primeras imágenes que vienen a mi cabeza. Vienen del instinto y hay que hacerles caso. Para mi papel en Murder on the Orient Express leí la novela de Agatha Christie y cada vez que aparecía mi personaje me brincaban imágenes de Sebastián, el cangrejo de La sirenita. En eso me basé para crear el personaje. También me baso en la visión del personaje que tiene el director, y en el trabajo que hago con los demás actores. Incluso el vestuario te ayuda a meterte en el personaje, es como magia.
¿Qué te gusta más: el cine o el teatro?
Me gusta más ver cine, pero me gusta más hacer teatro.
¿Prefieres trabajar en México o en Estados Unidos?
¡En los dos!
¿Qué es lo más sorprendente que te ha pasado desde que estás en Hollywood?
Conocer a estos actores que admiro y trabajar con ellos. También que Steve McQueen, uno de mis directores favoritos, me haya escrito una carta súper fregona para invitarme a participar en su proyecto.
¿Cómo le haces para no perder la esperanza en nuestro país?
Me da esperanza ver cómo la gente se une. Con esto del terremoto todos estábamos en la misma sintonía de ayuda. La esperanza había muerto un poco en mí y después de esto revivió. Vi que no hay pretextos para cambiar el rumbo. Tenemos que seguir en la misma frecuencia de ayuda y unión, y no tolerar la corrupción.
¿Cuál crees que es el mayor problema de la situación actual de México?
Yo siempre he creído que es la diferencia de clases sociales y el clasismo. Nos indignamos con lo que dice Trump, pero en México somos de lo más racistas. Son cosas que vemos normales, como insultar a alguien diciéndole “indio”. Son estas mansiones en donde al lado viven catorce personas en una casa de cartón. Me impacta mucho ver cómo tratan a los policías los niños ricos o estos lords que están de moda. Que a las personas que trabajan en casa les digan “muchachas” o se refieran a ellas despectivamente. Después sucede que las clases más bajas forman un odio hacia los que sí tienen y se crea una separación. Y es un problema de educación de las dos partes.
¿Qué opinas de Peña Nieto?
Pues mira, no lo conozco, pero creo que no está hecho para ser presidente. No es apto para representar a México y estar a cargo del país. Necesitamos un cambio radical en la clase política.
¿Qué es para ti México?
¡Todo! Mi casa, mi familia, que es lo que más quiero. De donde vengo, soy yo. Es lo que me ha hecho lo que soy, me encanta. Si reencarno, volvería a ser mexicano.
¿Y Guadalajara?
Me da mucho orgullo. Mis mejores amigos están allá. Cuando voy me gusta estar con mi familia en el rancho. ¡Ver a mis amigos y comer tacos!
¿De dónde viene tu gusto por la fotografía?
A mi abuelo y a mi papá les gustaba. Desde chico me ha gustado. He vendido fotografías, pero lo hago como un hobby nada más.
¿Qué frase usas mucho?
Me lleva la chingada, jajaja.
¿Para qué eres malo?
Para hablar en público
¿Para qué eres bueno?
Para dejar las cosas para el último.
¿Cómo fue tu niñez?
¡Increíble! Fui muy afortunado, tuve una niñez súper padre. Tengo 33 primos que son como mis hermanos. Casi toda mi infancia me la pase en un rancho, jugando con la naturaleza, con animales. Mi abuelo se la pasaba haciendo sus películas con Super-8.
¿Quién es Manuel?
Físicamente estoy un poco deforme, jaja, porque tengo las piernas muy cortas y de la cadera para arriba estoy muy largo. Internamente soy un pan de Dios.
¿Con qué sueñas?
Con poder vivir de esta carrera, seguir trabajando con gente que admiro, en proyectos que cuenten historias, que me interesen, interpretando personajes que prendan un fuego dentro de mí. Mientras tenga pasión, no necesito más.
¿A qué le tienes miedo?
A las alturas, jaja. Al fracaso, pero no al profesional sino al de vida. Le tengo miedo al miedo. Me da mucha ansiedad lo que le hemos hecho al planeta. Por el trabajo viajo mucho y cada que lo hago digo: somos muchos, gastamos muchos recursos, contaminamos mucho.
¿Qué te hace feliz?
Mi familia, que se haga justicia, las historias de unión. Un ejemplo tonto es cuando vas a ver el futbol y de repente tu equipo gana, y ver a todos celebrando sin clases sociales, eso me da mucha felicidad. Tener salud, la naturaleza, ver animales salvajes en su hábitat.
¿Crees en Dios?
No sé, hay veces que sí y hay veces que no. Depende de la situación en la que esté, va y viene. Depende de lo que esté viendo en el cine o leyendo. De repente digo: tiene que haber algo porque las cosas que vivo, las cosas que pasan y lo que veo, no pueden ser así nomás. Somos unos suertudos, se va a acabar todo y no va a pasar nada. Creo que me estoy encontrando, muy tarde pero ahí voy.
¿Qué sigue para Manuel?
Sigo esperando que las películas que hice se estrenen el próximo año. Acabo la serie de Goliath. Tengo en puerta dos películas mexicanas que espero se hagan, porque son de directores con los que me gustaría mucho trabajar, y una película en Estados Unidos, y lo que se deje venir.
Manu es transparente como poca gente que conozco. Si no se siente en confianza, habla poco de su vida personal. Irónicamente, odia ser el centro de atención. Para mí conocerlo ha sido una delicia, una mezcla entre risas y largas conversaciones sobre lo que nos apasiona y mueve a cada uno.