¿Cuáles han sido sus mayores logros en estos años?
Haber comenzado las ediciones temáticas, explorar ciudades y públicos nuevos
que jamás nos esperamos respondieran tan bien al experimento de Anónimo.
Platíquennos de la más reciente edición en Oaxaca.
Fue un sueño: Oaxaca es un lugar mágico, único, hermoso, que nos permitió empaparnos de esa energía tan genuina y construir una edición en la cual se sentía esa magia. Jamás nos esperamos tener la respuesta que tuvimos. Fue muy bonito explorar públicos nuevos, sensaciones nuevas.
¿Cómo eligen a los artistas que participan?
El proceso está muy enfocado en el valor intrínseco de la pieza, y cada edición tiene su tema, ya sea un curador especifico o, como sucedió en el museo Tamayo, que invitamos más bien a coleccionistas y ellos elegían qué pieza donar, o como en Faena, que seleccionamos arte, objeto y diseño. O como sucede ahora con textil… y próximamente sucederá con botánica.
Sabemos que la parte de responsabilidad social es muy importante para el proyecto. ¿Cuáles son algunas de las asociaciones que han apoyado y qué tipo de proyectos se han realizado con el dinero recaudado?
Cada edición apoya a una fundación distinta, dependiendo de qué ciudad sea, qué tema tiene la edición y en qué lugar esté llevándose a cabo. Pero, por ejemplo, las primeras ediciones apoyamos al Hogar Cabañas, después le dimos un giro cultural y apoyamos al Bass Museum y al Museo Tamayo, a la Blue Lab Preservation Foundation, que trabaja con el rescate del coral, y ahora a los esfuerzos de preservación de la tradición del textil de Don Remigio Mestas.