Liberal Youth Ministry

Liberal Youth Ministry: Antonio Zaragoza y Kenia Filippini

Proyectar y trabajar arduamente los sueños partiendo de la unión de talentos, ideas, emociones y sentimientos profundos que se manifiestan genuinamente, siempre tendrá como resultado historias de vida que, si bien no son perfectas, reafirman que la magia de los sueños radica en que todo es posible. Liberal Youth Ministry (LYM) es el nombre no solo de la marca mexicana de streetwear de lujo más importante en el mundo actualmente, sino también del proyecto que permitió materializar los más grandes sueños de los diseñadores de moda Antonio Zaragoza y Kenia Filippini. 

 

Fundada en Guadalajara en el año 2016 por Antonio Zaragoza, LYM es una compañía dirigida por el matrimonio Zaragoza-Filippini. Desde hace poco más de un año forma parte de Dover Street Market París (empresa extensión de Comme des Garçons), que se encarga de representar y comercializar la marca a nivel global. Hoy LYM es la firma favorita de figuras como Bad Bunny y Kanye West, produce más de tres mil prendas al semestre, que se venden en 37 tiendas en ciudades como Nueva York, Los Ángeles, París, Londres, Tokio, Pekín y Moscú. 

 

Antonio es el responsable de diseñar las colecciones para hombre, mientras que Kenia se encarga de la recién lanzada línea de womenswear, además de llevar su proyecto personal de experimentación textil llamado Filippini Atelier. El sueño que representa LYM es significativo para Antonio y Kenia, pero lo es incluso para todos aquellos que vemos en ellos una fuente de inspiración que está cimentada en el amor, la libertad, el trabajo y la autenticidad. Dream, baby, dream.

Antonio, ¿cuándo decides establecer LYM y cómo ha evolucionado a través del tiempo?
A: La decisión fue algo muy natural, después de dejar la escuela automáticamente pensé en establecer la marca, es algo que siempre estuvo dentro de mí. No me gusta pensar mucho en el pasado o en lo que proyectos anteriores significaron, solo puedo decir que LYM nació formalmente a finales del año 2016. 

 

Las culturas y movimientos juveniles, así como la música, siempre han sido elementos muy importantes en tu trabajo. ¿Cómo influyen en tu manera de diseñar y de crear?
A: Estos conceptos fueron muy importantes en un inicio, influyeron de forma muy directa en el diálogo de la marca, ya que me interesaba mucho estudiar las diferentes conductas adolescentes rebeldes por medio de movimientos artísticos, políticos y culturales. Algunos ejemplos son la creación de la Bauhaus en Weimar en el año 1919, los movimientos estudiantiles del 68 y diferentes escenas musicales como lo fue Throbbing Gristle, Suicide, Velvet Underground, Sonic Youth, Kraftwerk, entre otros. Todo esto influyó de forma directa en LYM en todos los sentidos, desde el nombre, estética, eslóganes, moodboards. Desde hace dos temporadas ya no busco en estos temas y conceptos un diálogo, me aburrí de hacer referencia a ellos porque son conceptos que ya fueron usados y creados en otro tiempo. No quiero volver al pasado de forma nostálgica para buscar inspiración. Ahora estoy más interesado en buscar conceptos más abstractos, oníricos, filosóficos y surreales, conceptos que yo mismo creo o que busco en mi interior. Creo que de esta forma conceptualizo un lenguaje más profundo y genuino en relación con la creación de la marca y todo lo que la rodea.

 

A lo largo de los años LYM ha generado una estética muy clara y congruente que se aleja de las tendencias. ¿Cuál es el discurso que se promueve a través de la marca?
A: Solo hago algo que me parece nuevo y genuino. Eso es todo. Sinceramente en este momento no se cuál sea el ADN de la marca ni el discurso y es algo que no quiero saber. Todo se está volviendo más abstracto en todos los sentidos y me gusta manejarlo así, me siento más libre de crear cosas nuevas. Busco transmitir emociones y sentimientos muy adentrados en mí y mostrarlos a través de ropa, videos, fotos y arte, eso es todo.

 

¿Cómo se da la alianza con Dover Street Market y cómo fue el proceso de adaptarse a las necesidades y requisitos de un conglomerado de este nivel?
A: Todo inicia con DSM comprando mi colección fw19 para Los Ángeles y Nueva York, que fue sold out a mitad de temporada y rápidamente la volvieron a ordenar para tener LYM por el resto de la temporada en las tiendas. Esto los sorprendió mucho ya que la marca era totalmente desconocida en ese momento. Para la siguiente temporada (ss20) deciden introducir la marca al resto de los dsm en el mundo y a la par me piden formar parte de Dover Street Market París, una empresa extensión de Comme des Garçons que asesora e impulsa a marcas emergentes, dependiendo de las necesidades de cada una. Cada seis meses se realiza un showroom en el marco de Paris Fashion Week para las marcas, donde el equipo de DSMP ejerce como agente de ventas para conectarnos y vender nuestras colecciones en distintas tiendas en el mundo. También nos ayuda con las relaciones públicas y gracias a este showroom estamos en 37 tiendas internacionales. Fue un proceso de adaptación bastante rápido e intenso, ya que tuvimos que crear el taller de la nada y producir alrededor de tres mil prendas semestrales para cubrir la demanda. Algunos de los grandes retos fueron subir los estándares de calidad y aprender sobre el proceso aduanal de cada país, además de la logística, producción, instalaciones, pedidos especiales, fotos, videos y colecciones nuevas cada seis meses. Todo esto en un abrir y cerrar de ojos y siendo cien por ciento producido en nuestro taller en Guadalajara.  

 

Desde hace un par de temporadas forman parte de la Semana de la Moda Masculina de París (en el showroom de DSM). ¿Qué significa presentar sus colecciones en París?
A: Honestamente es un sueño estar respaldado por Comme des Garçons y Dover Street Market, en lo personal, y para la empresa el estar en esa Fashion Week rodeados de personas con tanto talento es un honor. Comme des Garçons me ha inspirado mucho a crecer cada temporada y a moverme sin miedo y con libertad.

 

¿Cómo ha sido administrar una marca internacional basada y producida en Guadalajara?
A: ¡Una escuela! Iniciamos vendiendo 140 prendas semestrales y en dos años subimos a más de tres mil, no sabíamos nada de esto en un inicio y tuvimos que movernos muy rápido para poder entregar las órdenes a tiempo y con la calidad esperada. Aprendimos también a balancear los tiempos entre la logística, producción, control de calidad, entre muchas otras cosas. Actualmente todo se produce en nuestro estudio en Guadalajara, Kenia y yo estamos muy atentos a todo el proceso de creación, entonces no solo te vuelves creativo en el área de ideas sino también en el área de producción, logística y envíos. Llegan momentos y problemas que te obligan a ser creativo de una forma completamente diferente a como te enseñan en la escuela. El cómo llevar una producción de tal magnitud en nuestro estudio es sin duda lo más desafiante de todo, ya que resolvemos problemas multifacéticos todo el tiempo, personalmente me resulta lo más emocionante del verdadero negocio de la moda.

Kenia, recientemente presentaron la primera colección femenina de LYM bajo tu dirección creativa. ¿Cómo generas tu propia propuesta y la empatas con los códigos y la visión de la marca?
K: Fui testigo de un momento crucial para la marca, que fue el haber entrado a Dover Street Market. Nos tocó montar el taller desde cero para poder sacar esas primeras órdenes, el haber estado en el proceso de producción hasta ver la primera colección colgada en la tienda para mí fue como magia combinada con mucho trabajo. A pesar de conocer los códigos con los que siempre se definió la marca en sus inicios ahora me emociona la evolución que ha tenido, dirigiéndose hacia nuevas ideas y conceptos que me hacen sentir más libre de aportar mi visión. Siento que todo va más enfocado al futuro y por lo mismo, la idea de diseñar womenswear va apegada a eso. LYM representa una esencia de juventud libre traducida a un guardarropa simple y genuino. 

 

Tienes tu propio proyecto, Filippini Atelier, con el cual también colaboras con LYM. ¿En qué consiste y cómo lo integras a LYM?
K: Filippini Atelier lo bauticé como “new generation know-how”; en otros términos es un estudio/taller experimental textil que abarca técnicas de bordado, teñidos, pintura y todo lo que pueda darle valor especial a una prenda con el trabajo hecho a mano. El proyecto surgió después de haber trabajado en algunos talleres de bordado de marcas como Chanel y Dior en París. Ver estos lugares fue un sueño y algo totalmente inspirador, sobre todo por tener una referencia palpable de cómo se realizan estas piezas. Sin embargo, el hacerme consciente de que muchas piezas que se hacen en estos lugares solo llegan a ser vistas por unos cuantos fue algo consternante. En las colaboraciones Filippini Atelier x LYM integramos piezas que tengan ese toque valioso pero sin alejarnos de la idea de que se puedan comercializar. Esa es la misión: llegar a más público, y a través de LYM se está logrando este objetivo. 

 

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con Bad Bunny y Storm, su stylist?
K: Todo se dio muy natural, Bad Bunny ya había comprado la marca en DSM y el contacto fue a través de ellos. Conocimos a Storm en Ciudad de México y le dimos algunas prendas, entre ellas un look rosa con Swarovskis que Bad Bunny usó para su performance de los Spotify Awards. El look de los Latin Grammy fue todo un reto porque nos dieron una semana de plazo para tenerlo listo. La idea era que fuera todo blanco y que brillara muchísimo con los cristales. En Filippini Atelier habíamos hecho una muestra reciente con cristales Swarovski puestos en cuadrícula, así que además de llevar una cantidad considerable de cristales también la forma en que irían puestos sería con mucha precisión. Calculamos en total 106,000 Swarovskis y nos tomó un día diseñar la logística y conseguir el material, y seis días para pegar entre veinte personas todos los cristales uno por uno. Sinceramente la magia en estos casos es el trabajo en equipo. Ver este tipo de piezas terminadas con la energía de tanta gente y tantas manos es algo muy especial.

 

¿Qué significa para ustedes ser una de las pocas firmas de moda mexicana que se comercializan a nivel global?
A: No pienso mucho en el hecho de que soy mexicano. No considero que para crear se tengan nacionalidades, solo nos enfocamos en crear cosas que vienen desde lo más profundo de nuestro ser, entonces considero esto irrelevante para la marca.

K: Me gustaría hacer más énfasis en cómo una persona puede trabajar un sueño. Considero que proyectar tus sueños más grandes y trabajar día a día por ellos no tiene que ver con una nacionalidad, al hacer esto es cuando la magia empieza a hacer su parte. Las oportunidades simplemente llegan en el momento indicado.

 

Mantienen un perfil muy discreto en lo personal y profesional. ¿Cuál es la razón de esto?
A: Creo que es solo un reflejo de quiénes somos, parece una paradoja pero entre más adentro estoy del mundo de la moda más distante me siento de él. No es una estrategia en ningún sentido, solo preferimos manejar todo de esta forma ya que considero que es honesto y saludable para nosotros.

K: Supongo que es nuestra personalidad, creo que compartimos muchas cosas con nuestro equipo y públicamente solo cosas con las que estamos cómodos de mostrar. 

 

¿A qué factores atribuyen su éxito? 
A: ¡Mucho trabajo! Mantenerme muy aferrado a mis ideales y ser completamente honesto con quien soy.

K: Decir sí a las oportunidades, guiarte intuitivamente y trabajar con alguien que te complemente.  

 

¿Por qué creen que el reconocimiento de LYM se haya dado fuera de nuestro país aun cuando su proyecto es cien por ciento nacional?
A: El concepto de mexicanidad o nacionalidad es algo que no está dentro de mí, considero que son conceptos que te aferran y te amarran a algo y es algo que no busco para mi persona. En cuanto al éxito de la marca creo que es algo que deberíamos preguntarles a los consumidores. ¿Por qué la compran? o ¿Por qué les gusta?

K: LYM tuvo siempre una idea global, por eso llegó a esa plataforma que la expuso a todo el mundo. 

 

¿Qué viene para LYM este año?
A: Creo que el plan más cercano y con más fuerza es hacer un desfile en París, es algo que empieza a tomar forma. Llegar a más clientes con más puntos de venta a nivel mundial. Crear una línea, Artisanal (Haute Couture), es algo que también está en mi mente, no sé si para este año o el siguiente pero es algo quiero hacer con Kenia.

 

¿Cuáles son sus sueños a corto y mediano plazo?
A: Desde hace tiempo he querido empezar un proyecto audiovisual/artístico de fotografías, cortometrajes e instalaciones, es algo que deseo explorar en los próximos años. En pareja queremos impulsar más la línea womenswear de LYM y tomará más fuerza para ss22, estamos en charlas para la línea Artisanal (Haute Couture).

K: Que LYM llegue a más público, consolidar la línea womenswear y crear la línea LYM Artisanal x Filippini Atelier. Pienso en esa combinación y sería magnífico llevarla a performances de artistas, teatro o cine.