Los Amantes: arte y mezcal

Por: Cristina Rosell

Foto: Tony Petate

Grupo Los Amantes nos invitó a vivir una experiencia de arte, gastronomía y mucho mezcal, en la bella ciudad de Oaxaca.

Llegamos a Oaxaca en uno de lo días más calientes de la temporada, sin embargo gozamos del fresco del patio central del Hotel Los Amantes, conocimos sus habitaciones, todas diferentes, cada una con su propio nombre, dobles alturas, piezas de arte, e incluso, la que fue mi favorita: la Papalometl, que tiene una terraza con pila privada y vista al ex convento de Santo Domingo.

El hotel tiene tres edificios, en los que el arquitecto portugués, Joao Boteiro, se ha esmerado en cuidar cada detalle, en el que destacan el restaurante Vaca Marina y la terraza Amantes, donde el chef Ignacio Salgado se encarga de ofrecer un menú internacional a base de carnes y mariscos con una fuerte influencia española y productos locales.

Donde encontramos la esencia oaxaqueña, sin duda, es en el bar Guajolote de Oro, diseñado por el artista Guillermo Olguín, el espacio nos remite de inmediato a los nichos de un antiguo cementerio, con elementos de la fiesta de muertos, que junto a la rica oferta de coctelería del barista y las mezclas del DJ en turno, dan ganas de terminar la noche ahí. Para un ambiente más relajado y con mucho sabor a cantina de pueblo, está la Mezcalería Los Amantes, justo a un lado, donde la consigna es probar la mayor cantidad de mezcales posible.

La experiencia Los Amantes es hospitalidad, arte y mezcal. Nos invitaron a conocer el taller de grabados La Máquina, del maestro Francisco Limón, que esta a solo dos cuadras de distancia del hotel, en el que pudimos conocer los procesos de grabado de diferentes artistas en una espectacular máquina de hierro de principios del siglo XX.

Caminando por el centro de la ciudad, llegamos a donde fue el convento de los Carmelitas Descalzos a un lado de la iglesia del Carmen Alto, también del arquitecto Boteiro, quien se hizo responsable de una exhaustiva remodelación y acondicionamiento para el Centro Gastronómico de Oaxaca, ahora convertida en una preciosa escuela de gastronomía.

En Los Amantes se bebe mezcal, como debe de ser: ¡estamos en Oaxaca! También se siembra, cosecha y destila, así que nos trasladamos hasta Tlacolula de Matamoros, al Rancho Cebú, propiedad de la familia Rejón, donde se encuentran los campos de agave y la destilería, ahí, además de conocer el proceso de destilado de los diferentes tipos de mezcales, disfrutamos de una cata, en un ambiente relajado, para después tener una comida en medio de los agaves, donde sobresalió un jabalí asado.

Oaxaca es tierra de artistas y artesanos, orgullosos de su tierra y costumbres, como la familia Ángeles: Jacobo y María, y su hijo Ricardo, quienes tienen un importante taller de Alebrijes en San Martín Tilcajete, a unos cuarenta minutos de la ciudad de Oaxaca, donde se hace un trabajo impresionante con el manejo de materiales orgánicos desde la madera de copal hasta la elaboración de colores como el índigo o el grana cochinilla, de las que surgen piezas perfectas, cuyos precios rondan desde los cuatro mil hasta el millón de pesos o más. También hacen joyería, cerámica, chocolate, además de gestionar un centro de cosecha de maíz endémico, y una constante campaña de reforestación; justo en medio de un campo reforestado, está familia tiene a Almú un restaurante de comida autentica, de ingredientes locales y cosechados ahí mismo, cocinada con leña donde la sencillez llega a un punto de exquisitez.

Oaxaca, sus mezcales, sus artistas, su densidad prehispánica, su pasado colonial, su gastronomía y oferta de hospedaje, lo hacen un destino perfecto. Gracias Grupo Los Amantes por hacer este viaje realidad.