Teresa Ruiz

Teresa Ruiz

Por Elena Orestano
Fotografía / Manuel Zúñiga
Estilismo / Alan Gómez B.
Maquillaje / Ana G. de V.
Peinado / Alejandro Íñiguez
Iluminación / Juan Luis Lemus

La actriz originaria de Santiago Matatlán, Oaxaca, nos abre las puertas de su mundo, nos cuenta de sus sueños, de su estilo de vida y de cómo ha vivido la pandemia al mismo tiempo que ha trabajado en varias producciones. En esta conversación para Cream, tocamos temas como el feminicidio, la importancia del instinto y de la pasión por la actuación. 

Platícanos un poco acerca de tu vida en Los Ángeles, California, tu día a día.
Antes de la cuarentena me la pasaba en la calle, de pata de perro, en la patineta, yendo a ningún lugar con mis amigos mientras ideábamos personajes o inventábamos historias; después de este año he aprendido a estar en casa y a disfrutarlo mucho, estoy escribiendo y aunque sigo viajando igual que antes, al país que llego lo hago casa rápidamente.

¿Qué aprendizaje te has llevado con la experiencia de la pandemia?
Recordé lo bonito que es pasar tiempo con mi familia, sin tener una lista de pendientes que atender, mi papá me enseñó a jugar futbol, mi mamá a cocinar y pasé mucho tiempo con los niños de mi pueblo.

¿Qué tan seguido viajas a México?
Antes solo viajaba para filmar pero desde la pandemia he estado aquí, he estado tan feliz que estoy pensando seriamente en mudarme o por lo menos tener dos casas fijas, una en Los Ángeles y una en México.

¿Cómo es para ti un viaje ideal a tu tierra?
Ir a Zicatela a surfear con mis amigas, dormirnos a las 8:00 de la noche para levantarnos a las 5:00 de la mañana y cachar el amanecer en el mar, agarrando las primeras olas. El mar oaxaqueño sana y te regresa la alegría.

¿Qué representa Oaxaca para ti?
Mis recuerdos, mi identidad, quien soy. Las mujeres de Oaxaca somos cálidas y muy fuertes, somos sumamente trabajadoras.

¿Qué opinas de la situación que se vive actualmente en México con respecto a los feminicidios?
Viví en Ciudad Juárez cuando se descubrieron las narcofosas y el asunto de los feminicidios comenzaba a salir a la luz con mucha fuerza, me parece devastador que casi 20 años después la situación sea la misma, que el número de asesinatos en el país no baje, pero me esperanza que las mujeres son más conscientes y más proactivas en esta lucha. Tengo mucha esperanza de que nuestra fuerza y persistencia dará frutos.


¿Has tenido dificultad en tu profesión para salir adelante por ser mujer?
Sobre todo por ser una mujer morena, históricamente las mujeres morenas hemos sido sexualizadas y nos es mucho más difícil abrirnos un camino profesional, pues nuestra capacidad, nuestros motivos y nuestra inteligencia son cuestionadas el doble. Es muy importante tomar en cuenta el factor internacional cuando hablamos de feminismo y de las diferentes maneras en que una mujer es marginada.

¿Cómo vives esa situación en Estados Unidos?
Yo, que he crecido en California, sí sentí un cambio cuando Donald Trump ganó la presidencia, lo sentí hasta en California donde la gente es mucho menos cerrada, es como si de repente hubiera existido el permiso para expresar el racismo que se escondió por años; como nunca antes escuchaba comentarios y posturas que me dolían y me molestaban muchísimo, creo que en parte también es por eso que estoy pensando en hacer residencia también en México, extraño mucho estar con los míos cuando siento situaciones de este tipo.

¿Con qué sueñas?
Estoy pasando una etapa tan bonita de mi vida, realmente mis días son como los había soñado antes, me levanto emocionada y me acuesto con una sonrisa.

En tu carrera como actriz ¿quiénes te han marcado, inspirado al trabajar con ellas o ellos?
Me marcó mucho mi tiempo en el Actors Studio, cuando llegué ahí nunca pensé que viviría la última etapa de grandes maestros. Pude estar con Al Pacino, Sandra Seacat, Estelle Parsons, Ellen Burstyn, Penny Allen, Lou Antonio y Martin Landau, ellos compartieron conmigo lo que sabían durante varios años y eso me cambió la vida, fue un tiempo muy especial para mí y creo que lo hubiera sido para cualquier actor. Fue un gran regalo de la vida.

¿Cómo fue actuar con Liam Neeson en The Minuteman?
Liam es un hombre muy amoroso y muy comprometido. Es bonito ver que las grandes estrellas son grandes por su generosidad, yo creo que de ahí viene el talento, de esa capacidad de reconocer al otro, de empatizar con él y crear desde ese lugar genuino.

¿En qué tipo de proyectos te gustaría colaborar?
Ahora quiero hacer cosas fantásticas, de imaginación pura. Historias que puedan vivirse solo a través de una película.

¿Qué es esencial para ti para aceptar un rol?
El guion, el director y con quién voy a actuar. Suena muy básico pero solo así se sabe si la experiencia de filmar va a valer la pena porque al final uno solo tiene eso, el proceso de lo que hizo: el resultado nunca te pertenece.

¿Tienes algún ritual al prepararte para los papeles en que actúas?
Trabajo muy intuitivamente, he aprendido a dejar que mi instinto me guíe, entonces cada cosa que he hecho ha tenido un proceso distinto. Hay esencias que descubro con música, otras con mucha investigación, otras no las toco, solo las dejo en paz, las dejo ser, cada una me guía a su propia manera.

¿A qué actriz mexicana admiras?
Admiro a mis amigas, las actrices jóvenes que están en la lucha contra los feminicidios, admiro a todas las morras que usan sus redes sociales para mover la aguja un poco más hacia la apertura, admiro a las que son mamás y que con todo y chamaco andan en los sets sin dejar que nada las pare. Soy parte de una generación de actrices chingonas y muy valientes.

¿Cómo fue tu experiencia en Luis Miguel, la serie?
Fue una experiencia de mucho apoyo mutuo, filmamos durante la pandemia y lo que más me llevo es el sentimiento de cuidarnos los unos a los otros, no solo fuera del set por el virus sino también dentro de las escenas, sabíamos que teníamos poco tiempo y que en cualquier momento la producción podía parar, entonces era estar ahí el uno para el otro, para el crew y para Diego [Boneta] que estaba interpretando uno de los personajes más complejos de su vida y lo hacía en un tiempo récord, con una presión muy grande. Fue muy especial estar en estos momentos del mundo creando esta historia juntos.

De todas las películas y series en las que has trabajado ¿hay un papel con el que te hayas sentido más identificada?
Creo que todos los personajes llegan en momentos donde estás pasando por las preguntas que ese personaje se hace o donde estás creciendo en esa dirección, eso es algo que encuentro muy místico y muy hermoso de la actuación.

¿Qué consejos les darías a las y los que quieren dedicarse a la actuación?
Creo que muchos actores tienen dudas de comprometerse o no porque la carrera puede parecer muy difícil, pero en mi experiencia creo que la vocación es algo innegable, algo que no te deja dormir: si en verdad está en tu corazón nada va a pararte y es con esa fe y esa certeza con la que se puede seguir adelante con alegría. Eso es lo más importante.

¿Tienes algún mentor o mentora?
Tengo muchos: Martin Landau, Greta Seacat, Ofelia Medina, entre muchos otros, he sido muy afortunada de ser pupila de muchos grandes, tal vez porque tengo una curiosidad muy grande hacia todo lo que me rodea, he tenido esa fortuna de ser arropada y guiada en este camino.

¿Tienes algún refugio? Un lugar en el que te puedas desconectar del mundo y descansar.
Mi pueblo, donde está el rancho de mis papás, ahí pase los primeros siete meses de la cuarentena.

¿Cuáles son tus películas favoritas?
Amores perros, The Dresser, El padrino y Macario.

¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?
Comer, vagar por las calles, andar en la patineta y tomar café.